Uno de cada cinco niños en España, Italia, Grecia y Malta son obesos. Un dato que contrasta con el adelgazamiento de los de los países del norte de Europa, que siguen más la dieta mediterránea. El catedrático de la Universidad Zaragoza e investigador principal del grupo Genud del Centro de Investigación Biomédica en Red, Luis Alberto Moreno, abordará esta preocupante cuestión en el IV Congreso Internacional de Gastronomía y Salud en una ponencia que lleva por título ‘Dieta mediterránea en la población infantil, ¿mito o realidad?’.

¿Qué seguimiento hacen los niños europeos de la dieta mediterránea?

Los países del área mediterránea la seguían mucho en los años sesenta, pero algunos de los estudios que hemos hecho con pediatras de la Universidad de Zaragoza demuestran que actualmente existe una mayor adherencia en los países de norte como Suecia.

¿Cómo se relaciona con la obesidad infantil?

La obesidad infantil es sin duda uno de los problemas de salud más importantes de Europa. Existe más incidencia en los países del área mediterránea, donde ahora los niños se decantan mucho por los derivados de los cereales muy refinados, la carne en exceso, la bollería o los ‘snacks’. Y una de las conclusiones a las que hemos llegado en los estudios que hemos hecho es que la dieta mediterránea contribuye a que no se desarrolle la obesidad.

¿Qué papel juega la educación en este sentido?

Además de revertir la falta de actividad física y el sedentarismo, los padres deberían hacer un esfuerzo para insistir un poco más a la hora de proporcionarles alimentos sanos a sus hijos, porque a veces se cae en la comodidad de no darles algo que no les gusta para comer. Y está demostrado, sobre todo en los más pequeños, que insistir, hasta en más de diez ocasiones, hace que los niños acaben aceptando esos hábitos saludables.

¿Cuáles son las principales ventajas de la dieta mediterránea?

Los productos tradicionales que la componen son de una calidad gastronómica muy interesante. La FAO la ha seleccionado junto a la dieta nórdica y la japonesa como una de las más sanas del mundo y ya existen estudios que ponen encima de la mesa que podría ser beneficiosa contra el deterioro cognitivo. Otro de sus fuertes es su asociación con elementos positivos como el hecho de que sus productos se tienen que consumir en familia o entre amigos, pues está muy ligada a la cultura y a los alimentos de proximidad y de estacionalidad. Este último aspecto es muy tenido en cuenta por las personas que la siguen y es algo que además hace que exista una gran variedad de productos, una circunstancia que se aprecia a la perfección en grupos de alimentos como las frutas.

¿Y el mayor mito?

Que por estar en el Mediterráneo decimos que es una zona donde se come bien y se sigue mucho esta dieta, algo que no es cierto.