Existe una gran campaña sobre la necesidad de evitar el uso de plásticos por los problemas medioambientales que causan, sin embargo, sus negativas consecuencias para la salud son menos conocidas. Cristina Nerín, doctora en Ciencias Químicas por la Universidad de Zaragoza, asistirá, en calidad de ponente, al V Congreso de Gastronomía y Salud que se celebrará en la capital aragonesa el próximo mes de noviembre. Bajo el título “Cocinar en plástico”, esta experta en química analítica y medioambiental, ofrecerá a todos los asistentes una profunda visión sobre cómo afecta el uso de los plásticos a los alimentos.

¿Qué sucede al calentar la comida en envases de plástico?

Todos los materiales pueden transferir sustancias y pequeñas cantidades de sus componentes a los productos que contienen. Los plásticos no son una excepción. Esta transferencia aumenta cuando elevamos la temperatura, por eso no es recomendable calentar los alimentos en envases de plástico, especialmente si no han sido fabricados para actuar en caliente. Todos los plásticos desprenden alguna sustancia química al calentarse, que se disuelve en el alimento y que nos terminamos comiendo. Evidentemente, estas sustancias no deben formar parte de nuestra dieta, por lo que es aconsejable no utilizar materiales plásticos para calentar los alimentos.

¿Qué alternativas hay?

Lo mejor es cocinar en casa y emplear contenedores de vidrio para transportar, calentar y comer.

¿Es peligroso usar envases de plástico o papel film para congelar alimentos?

En principio no, porque al congelar la temperatura es muy baja y el proceso de migración prácticamente se detiene, o, al menos, es tan lento y tan poco eficiente que prácticamente no se produce migración.

En cuanto a los alimentos que vienen envasados en plástico, ¿deberíamos evitarlos?

No hay por qué, pero yo no recomiendo comer permanentemente alimentos procesados envasados en plástico.

¿Qué dice la legislación al respecto?

Existe una legislación europea estricta, de obligado cumplimiento, que establece la lista de elementos autorizados para la fabricación de plásticos en contacto con alimentos y los límites de migración, esto es, la transferencia de materia a los alimentos. De esta manera, se establece la máxima concentración de componentes provenientes del plástico que podrían encontrarse en el alimento. Las sustancias que están en la lista del reglamento europeo no pueden superar los 10ng/g en el alimento.

Algunos estudios afirman que el Bisfenol A, una sustancia que se encuentra en algunos productos plásticos, podría estar relacionada con el cáncer, problemas reproductivos y otras enfermedades. ¿Es cierto?

Sí. De hecho, en Francia se han prohibido los materiales que contengan BPA y se ha obligado a certificar los envases que están en contacto con los alimentos como «libres de BPA». Hoy en día, hay pocos materiales para contacto alimentario que lo contenga.

Hace unos años, desarrollasteis en la Universidad de Zaragoza un envase alimentario con propiedades antioxidantes. ¿Puedes contarnos las virtudes de este producto?

Hemos desarrollado varios materiales, con tecnologías diferentes, que contienen antioxidantes naturales que protegen el producto envasado. Actualmente, los comercializan varias empresas. Estos materiales alargan la vida útil sin afectar al proceso de envasado ni modificar las características del alimento. Son estupendos.