En 2008, la Universidad de Yale publicó la ‘Griffin Nutritional Quality Index’, un documento que recoge una lista de alimentos ordenados por su valor nutricional y sus beneficios en la prevención y tratamiento de enfermedades. Las vitaminas, las grasas saturadas y grasas trans, las proteínas, las sales o el azúcar son algunos de los elementos que se tienen en cuenta a la hora de clasificarlos. Sometida a una revisión anual, los alimentos pueden conseguir una puntuación mínima de uno y máxima de 100.

David L. Katz, director del Yale-Griffin Prevention Research Center, fue el creador de este sistema, que se conoce como el Índice Global de Calidad Nutricional.

Esta tabla se ha convertido en una útil herramienta para todas aquellas personas interesadas en comer de forma más saludable, así como para empresas relacionadas con el sector alimentario. En el último informe, el brócoli, los arándanos y las judías verdes han logrado las mejores notas; frente a los refrescos y los polos, que han sacado los peores resultados.

Aquellos productos situados en la parte superior de la tabla, que reciben las puntuaciones más elevadas, se pueden considerar como alimentos funcionales o superalimentos. Los del final de la lista deberían restringirse en una alimentación equilibrada.

‘Superalimento’ es un término utilizado popularmente para hablar de los alimentos funcionales, que se caracterizan por tener un alto valor nutritivo y por aportar numerosos beneficios para la salud.

Según la Fundación Española de la Nutrición, estos alimentos poseen tres componentes esenciales: fitoesteroles, capaces de disminuir el colesterol en sangre; fitoestrógenos, que reducen los síntomas de la menopausia y la probabilidad de padecer cáncer de mama, y los probióticos, que mejora el funcionamiento intestinal.

Aunque la tendencia a cuidarse a través de la alimentación es cada vez mayor, en la Antigua Grecia ya había quien seguía esta tendencia. Parafraseando Hipócrates, médico y profesor de Medicina de la Antigua Grecia: «Que la comida sea tu alimento y el alimento, tu medicina».

EL TOP 5

  1. Brócoli (100) Sin duda, el rey de los buenos alimentos. Esta planta de la familia de las brasicáceas tiene un alto contenido en vitamina C y fibra alimentaria. Posee nutrientes con propiedades anticancerígenas, antivirales y antibacterianas. Estimula la reparación del ADN de las células y ayuda a prevenir enfermedades cardíacas.
  2. Arándanos (100) – Esta deliciosa fruta es el antioxidante por excelencia. Además de su alto contenido vitamínico, reduce el riesgo de sufrir cáncer, es antiinflamatoria, previene las enfermedades neurodegenerativas y puede ayudar a luchar contra la diabetes. Asimismo, favorece la presencia de colesterol bueno, reduce la presión arterial y mejora las memoria.
  3. Okra (100) – Es una hortaliza rica en fibras solubles y mucílagos, lo que ayuda a proteger la mucosa digestiva. Tiene un alto contenido en vitamina C, ayuda al sistema inmunológico y regula la presión en sangre. Tiene altos niveles de vitamina A, buena para la vista y la salud de la piel, y vitamina B, que contribuye a la regulación de azúcar en sangre.
  4. Naranja (100) – Proporciona una gran cantidad de vitamina C, por lo que esta fruta es una de las mejores formas naturales de blindarse ante las infecciones. Ayuda a la correcta absorción del hierro, el calcio y el fósforo y tiene propiedades antioxidantes. Su alto contenido en fibra mejora la digestividad y sus flovanoides refuerzan el sistema inmunitario.
  5. Judías verdes (100) – Representan una gran fuente de fibra, lo que ayudan a reducir los niveles de colesterol y mejora el tránsito intestinal. Gracias a sus propiedades antioxidantes, previenen enfermedades degenerativas, cardiovasculares y cancerígenas. Favorecen la eliminación del exceso de líquido en el organismo y mejoran la densidad ósea en la madurez.

A LA COLA

  1. Chocolate con leche (3) – Aunque el chocolate es una delicia para muchos, este alimento tiene una alta densidad calórica por sus altos contenidos en grasas y azúcares. Su consumo excesivo puede causar problemas de sobrepeso, obesidad, dolencias cardiovasculares o diabetes. Asimismo, no aporta demasiados nutrientes, por lo que se debe limitar su consumo.
  2. Tarta de manzana (2) – Tiene un alto contenido en azúcares refinados y grasas trans. Además, apenas aporta proteínas. Hay que tratar de restringir su consumo, especialmente si está hecho con harinas refinadas, porque elevan la glucosa en sangre. La ingesta de alimentos con un alto índice glucémico aumenta el riesgo de sufrir cardiopatías, obesidad y diabetes.
  3. Galletas saladas (2) – Es un alimento típico para comer entre horas o picar algo antes de la cena. Sin embargo, si nos fijamos en sus ingredientes, estas galletas suelen tener, además de un elevado contenido en sal, azúcar y jarabe de glucosa. Contienen muchas grasas saturadas, tienen un elevado índice calórico y una alta cantidad de carbohidratos.
  4. Refrescos (1) – Las bebidas gaseosas están presentes en la dieta de muchas personas de forma habitual. Sin embargo, pueden ser muy perjudiciales para la salud. El porcentaje de azúcar que contienen es elevadísimo, aproximadamente 36 gramos de azúcar por unidad. Pueden causar obesidad, enfermedades metabólicas y cardiovasculares.
  5. Polos (1) – Aunque el ingrediente principal de los helados de hielo es el agua, sus niveles de azúcar son muy elevados. Como el frío disminuye la percepción de los sabores, se añade mucha cantidad de azúcar para potenciar el sabor. Por otro lado, no aportan nutrientes, proteínas, vitaminas ni minerales, por lo que básicamente son agua fría con azúcar.