La mesa redonda ‘Gastronomía Social’ reunió a entidades con proyectos que buscan mejorar la vida de las personas a través de los alimentos, haciéndolos más accesibles a colectivos vulnerables o recuperando cultivos como hacen Cristina Mallor y su equipo desde el Cita con la iniciativa ‘Embajadores de la biodiversidad’. El objetivo es «concienciar a la sociedad sobre la importancia que tiene la conservación de la biodiversidad cultivada». Para ello han usado la que hay en el Banco de Germoplasma Hortícola y han contado con 43 hortelanos embajadores de semillas y 31 centros educativos, que plantaron habas y guisantes «ya que son dos cultivos que se siembran y se recogen durante el curso escolar».

Por su parte, Innofarming es un proyecto europeo de «agricultura urbana para lograr ciudades más sostenibles», como contó Sara Remón, responsable del mismo. Buscan fomentar la innovación en la educación en este ámbito y aumentar el número de jóvenes con huertos urbanos para lo que van a crear una plataforma ‘online’ con información.

Texturizados
«Que las personas que buscan alimentación en textura tengan calidad en la alimentación». Así explicó Ana Cortés, de CADIS, el objetivo del proyecto Texturizados que se inició en 2016. La culminación del mismo ha sido un recetario de comida texturizada en el que han colaborado varios chefs oscenses.